Cuando se tienen pensamientos recurrentes, éstos comienzan a dar vueltas sin encontrar una solución. El hilo sigue un camino que no se alcanza a distinguir sin encontrar una salida, los pensamientos como los mosquitos, en una red, quedan atrapados. Una metáfora que traiciona nuestro instinto de liberación. Sentirnos a nosotros mismos es, también, adentrarnos en un laberinto.
Paso, pero no avanzo
Camino, pero en radio
Pienso, pero solo repito
Cuento un barrote,
Otra línea: arriba, abajo
Parece una jaula
La jaula en que me pienso
¿o repito?